INFORMACIÓN DEL VIAJE
EN CAMBOYA
1 de marzo de 2021
Final de una etapa.
El 14 de marzo de 2021 volaremos a México para continuar en el continente americano (4) con el proyecto de la vuelta al mundo en bicicleta a favor de los Derechos Humanos.
De esta forma damos por finalizado nuestro primer ciclo con más de cinco años en Camboya. Pero volveremos.
Puedes seguir las noticias en ruta por México desde este enlace.
6 de diciembre de 2020
Del Parque Natural Kulen Prum Tep a Stung Treng.
En la vida merece la pena apostar y arriesgar por aquello en lo que crees y mientras siga pensando que el ser humano merece la pena, seguiré intentando hacer algo.
Este viaje es un aprendizaje basado en la propia experiencia. Lo veo con mis ojos y lo sufro o disfruto en mis carnes. Recorrer el camino con mis piernas me hace saber lo que cuesta llegar a cada pequeño rincón, asumiendo el esfuerzo como parte de la vida. Es simplemente un ejemplo de lo que somos capaces de lograr cuando tenemos un objetivo claro y luchamos por él, paso a paso, independientemente de la edad o género.
No hay frontera más infranqueable que la que nos auto imponemos, esa que nos impide u obliga a creer algo.
Todavía me queda mucho trabajo por hacer. Soy consciente de que vivimos tiempos de cambios, de crisis, de incertidumbre, y entiendo que muchos vean en mí a un virus sobre una bicicleta, pero cansa, así que durante esta segunda vuelta al país he decidido centrarme un poco más en conocer la situación de los espacios más naturales de Camboya y si me lo permiten, también la de las gentes que los habitan.
Invertimos dos días para adentrarnos y salir del Parque Natural de Kulen Prum Tep. El final de la temporada de lluvias ha llegado con más de un mes de retraso este año y las balsas de agua aún acumuladas suelen frenarnos el paso, pero con actitud siempre se salvan las dificultades.
Dicen que el roce hace el cariño, o no. El caso es que en ello estamos Khmaw y yo. Ella me soporta en los llanos y yo la empujo cuando el terreno se lo pone complicado. Ponemos en práctica aquello del hoy por ti y mañana por mí. Y nos funciona.
En el mismo momento que salíamos de Kulen Prum Tep, poníamos la vista, en el mapa, en Prey Preah Roka, otro Parque Natural a pocos kilómetros de distancia. Dos sufridos pero gratificantes días dentro. Y de ahí hacia la frontera de Laos, llegando incluso a acariciarla.
Y nuevamente llegamos a la tranquila ciudad de Strung Treng, donde se dan la mano los ríos Mekong y Kong, nacidos en la Cordillera del Himalaya y centro de Vietnam respectivamente. También donde nos informan que varios pequeños ríos, con profundidad considerable, nos van a impedir descender pegados al Mekong por su parte oeste, tal y como teníamos previsto hasta alcanzar la otra orilla en Kratié.
Cambiamos la ruta y pusimos rumbo hacia Banlung, en la provincia de Ratanak Kiri, donde nos desviaremos para adentrarnos en los Parques Naturales de Lumphat y Phnum Prech, zona de elefantes en la maravillosa provincia de Mondol Kiri.
Calculamos que por delante tenemos seis días por pistas y caminos antes de alcanzar la provincia de Kratié por su cara sur, pegados a la frontera de Vietnam.
NOTA INFORMATIVA
Hay diferentes maneras de apoyarnos y ni mucho menos todas son económicas. En este enlace detallo cuáles son y los pasos a seguir en base a la decisión que pudieras tomar. Leerlas no te va a llevar más de tres minutos. ¡Ánimo con ello!
REINO DE CAMBOYA
MONARQUÍA PARLAMENTARIA
Partido gobernante: Partido del Pueblo de Camboya. Se mantiene en el poder a través de la violencia, los enjuiciamientos por motivos políticos, las leyes represivas y la corrupción.
Hun Sen, primer ministro desde el año 1985, supervisa el régimen de partido único en la Asamblea Nacional desde que los tribunales controlados por el gobierno disolvieron al principal opositor, el Partido de Rescate Nacional de Camboya.
DERECHOS HUMANOS
SITUACIÓN EN CAMBOYA
La búsqueda del crecimiento económico ha llevado a la violación de los derechos humanos de las poblaciones pobres y marginadas de las zonas rurales y urbanas.
El espacio para que la sociedad civil proteja y promueva los derechos humanos y las libertades fundamentales se está reduciendo, con continuos ataques y hostigamientos dirigidos contra defensores de los derechos humanos y activistas comunitarios. Las restricciones a la libertad de expresión y reunión, junto con las dificultades para acceder a la información en poder de las autoridades públicas, como los registros de términos, dificultan que los camboyanos expresen sus preocupaciones.
22 de noviembre de 2020
De Battambang al Parque Natural de Kulen Prum Tep.
Después de dos meses en Battambang volvíamos a poner rumbo al norte de Camboya, pero en esta ocasión por la parte oeste del país.
A escasos 35 kilómetros de la ciudad se encuentra la reserva de Kamping Puoy, un gran lago artificial excavado a mano por varias decenas de miles de camboyanos durante el régimen de los jemeres rojos. El agotamiento, el hambre y las enfermedades, además de los malos tratos, fueron los causantes de la muerte de más de treinta mil personas, que aún a día de hoy continúan en su fondo.
Durante los siguientes dos días pedaleamos el eje del Parque Natural de Roneam Daun Sam, ya en la línea de frontera con Tailandia.
Sin entrar en la ciudad de Poipet, enlazamos la pista que cruza la provincia de Banteay Mean Chey hasta alcanzar la pequeña ciudad de Samraong, en la provincia de Oddar Mean Chey. De nuevo nos encontramos en el norte de Camboya.
Meses atrás habíamos pedaleado hasta la ciudad de Anlong Veng y, de seguido, subido hasta el paso de frontera de Choam. En aquella ocasión la intención era llegar hasta las tumbas de Pol Pot y Ta Mok, fumarme tranquilamente un cigarro y dedicarles unas palabras. El primero fue el líder genocida de los jemeres rojos y el otro fue el responsable directo de cada una de las torturas y muertes causadas por éstas durante el régimen. Dos especímenes frente a los que tenía ganas de expresarme desde hacía bastante tiempo.
No era mi intención volver a visitar a Ta Mok, apodado "el carnicero", porque ya me había despachado bien con él y su colega en su momento, pero es que un día antes Mali me había pedido que colocara sobre su tumba la solapa de una caja de cartón de cervezas donde decía, "que tu alma vague por la eternidad". Y así lo hice.
Mali es viuda y madre de dos chicas y cuatro chicos, que a su vez cuentan con una retahíla de niños y adolescentes. El marido había fallecido siete años atrás mientras trabajaba al otro lado de la frontera cortando la paja sobrante de la cosecha del arroz. Una mina antipersona tuvo la culpa. Al padre de Mali se lo llevaron los jemeres rojos a la ciudad de Anlong Veng cuando ella era una adolescente. Nunca más se supo de él. Según las palabras de Mali, se dice que fue uno de los tantos torturados y ajusticiados por Ta Mok en la zona. Cuando me preguntó si podía hacerle un favor y me dijo en qué consistía, le pregunté si estaba segura de ello, su respuesta fue rotunda pero sin odio en sus ojos, por eso acepté. Y me alegro de haberlo hecho.
De Anlong Veng salimos hacia el Parque Natural de Kulen Prum Tep, que es donde nos encontramos en estos momentos. Dentro de la tienda de campaña y a buen recaudo del bosque.
Durante los próximos días seguiremos por el norte de Camboya hasta llegar nuevamente a la ciudad de Stung Treng y comenzar a descender hacia Kratié, pero en esta ocasión, y siempre que el camino nos lo permita, por la cara oeste del río Mekong. La idea es cruzar a medio camino el Mekong en la zona de Kratié para adentrarnos en la provincia de Mondol Kiri, que no pudimos pedalear meses atrás por las fuertes lluvias que caían en el momento.
La infección de la muela ha decidido seguir un tiempo más con nosotros... 💪
INFORMACIÓN DE VIAJE
DOCUMENTACIÓN Y VISADOS
Pasaporte: Para entrar en Camboya debes disponer de un pasaporte en vigor con una validez de más de 6 meses.
Visado: Es obligatorio disponer de visado para entrar en Camboya y debido al Covid-19 las exigencias para obtenerlo han aumentado considerablemente. Se puede obtener de tres modos, pero te aconsejo visitar la web oficial del gobierno de Camboya para constatarlo e informarte los requisitos actuales.
1- E-visa por internet en www.evisa.gov.kh, que solo permite la entrada por determinados puestos fronterizos.
2- En el aeropuerto (on arrival) de Phnom Penh y Siem Reap.
3- En las fronteras terrestres también puedes obtener el visado.
En cualquier caso es necesario presentar una foto tamaño carnet, un certificado médico, realizar un depósito de 2.000 USD y cuarentena de 15 días.
Desde hace un tiempo la policía de inmigración te pide un "dinero extra", de entre 5 y 10 dólares, alegando una nueva tasa. Niégate a pagarlo porque entrarás en el país sin problemas.
El visado de turismo es válido por un mes, pero puedes extenderlo un mes más mediante solicitud en la oficina de inmigración de Phnom Penh o agencias de viaje. En caso de sobrepasar el periodo de estancia permitido por el visado, deberás pagar 10 dólares por cada día de exceso.
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11 de noviembre de 2020
Un amanecer es una nueva oportunidad. Seguimos en ruta.
La situación por la pandemia es complicada en todo el mundo, pero a mi parecer aquellos que nos encontramos lejos "de casa" vivimos este momento con un grado extra de preocupación. La falta de información o la dificultad para acceder a la válida, complican bastante cualquier decisión sobre qué, cuándo y cómo hacer.
En base a las noticias que circulan desde hace un tiempo por Camboya sobre una posible expulsión de los extranjeros bloqueados en el país, el pasado domingo [...]
Seguir leyendo la crónica →
26 de septiembre de 2020
Dos noticias, una buena y otra menos buena.
La buena es que llevamos más de dos semanas de lucha personal con una muela y parece que también vamos a ganar la batalla. He perdido la cuenta de la cantidad de pastillas que llevo en el estómago y he bajado unos cuantos kilos que a buen seguro Khmaw y mis piernas lo agradecerán cuando reiniciemos el pedaleo. Los médicos que me han tratado tienen más ganas de perderme de vista que yo a ellos. Hemos comenzado a comer sólido... ¡Estamos a punto de doblegarla!
Seguimos en la ciudad de Battambang bajo los cuidados de mi buen amigo Bunlang y soñando con el día que volvamos a montar sobre la bicicleta.
La menos buena es que hoy vence el plazo de la amnistía para los extranjeros con visado de turista que se encuentran en Tailandia. Los más rezagados están obligados a abandonar hoy el país y, de no hacerlo, expongan la causa que expongan, están expuestos a fuertes multas o detención.
Yo me encuentro en Camboya pero en la misma situación. Esto quiere decir que si el gobierno camboyano decide copiar la idea, tengo un serio problema ya que todas las fronteras colindantes con Camboya se encuentran cerradas a cal y canto.
Si se da el caso, que espero no sea así, tengo dos opciones: regresar a España y esperar a que todo esto se tranquilice -innecesaria- o dar el salto a México -tiene abierta frontera con visado para seis meses- y continuar el viaje por tierras americanas hasta Argentina.
Vamos a esperar a ver qué decisión toman los políticos de Camboya. Mientras tanto, nosotros a lo nuestro trabajando en el proyecto que me mueve por el mundo.
PARTICIPAR EN EL PROYECTO
Si puedes apoyarnos te lo agradeceré infinitamente. En este enlace detallo las diferentes opciones.
20 de septiembre de 2020
Llegamos a Siem Reap y comenzó la odisea...
Semanas antes, en ruta por las montañas de Cardamomo, la infección en una muela nos privaba de ese completo disfrute que el entorno merecía. Cada mínimo esfuerzo empujando a Khmaw por las empinadas pendientes, cada pedalada por la corta planicie de la cordillera, se traducían en insoportables dolores punzantes que abarcaban toda la cabeza. Era tan solo el preludio de lo que estaba por venir.
Viajo con un presupuesto tan bajo que ni tan siquiera da para comer la mayoría de los días. Esto, aunque es difícil de sobrellevar, es algo que tengo asumido y no me priva de sacar adelante la labor que me mueve por el mundo. Más bien todo lo contrario. Vivir así me permite mirar desde la misma altura a la gente que he salido a buscar, esa que el mundo ha olvidado y que es con la que principalmente convivo durante el viaje. La repercusión económica de la Covid-19 ha llegado a la mayoría de los hogares en todo el planeta y en mi caso, aún con una vida nómada, no está exenta de ella. Durante los cuatro días que estuve en Battambang, además de trabajar en la web, responder correos y abrazar a los amigos, preparé un escrito que envié de forma privada a una docena de amig@s cercan@s. Dicho escrito solicitaba, por fuerza mayor, el apoyo a través de la compra de fotografías de mi portfolio. Algun@s amig@s reaccionaron rápidamente al SOS solicitándome algunas copias y otr@s lo aplazaron para las próximas semanas. En cualquiera de los casos, estoy enormemente agradecido.
Salimos de la ciudad de Battambang sin problema alguno y con la respuesta de algun@s de l@s amig@s a buen recaudo en el corazón. Lo hacíamos descansados en todos los sentidos. El asfalto de la nueva nacional, aún sin inaugurar, era un alivio para los músculos de unas piernas castigadas en las pistas de montaña del suroeste del país. Tres meses atrás, cuando reiniciábamos el viaje, cubríamos este mismo trayecto entre Battambang y Siem Reap, pero entonces la cosa fue muy diferente. Por aquellos días, las nubes de polvo que levantaban los vehículos de gran tonelaje y la estrechez de la carretera a causa de las obras, eran una constante.
Tras dos jornadas de pedaleo llegábamos a Siem Reap. La idea era contactar a mi gran amigo Cho y juntos mirar algún lugar barato donde poder alojarme durante unas semanas gracias al apoyo recibido unos días antes, pero la infección en la muela volvía a dar señales de vida y en esta ocasión parecía serio de verdad. Mi cara comenzaba a inflarse.
Visita a un dentista y primeras medicinas. En esta parte del mundo las medicinas suelen venderse por unidades y no por cajas, como sucede en Occidente. Aquí, cada toma consta de tres o cuatro pastillas que te entregan en una pequeña bolsa de plástico. Al día son dos o tres tomas, dependiendo de la magnitud del problema y la calidad de la medicina. En mi caso debía tomar cuatro pastillas en cada toma durante tres veces al día. A esto había que sumarle la imposibilidad de abrir la boca para comer, lo que se traducía a un estado continuo de somnolencia pero sin llegar a bajar un ápice el dolor. Los días pasaban y el revuelto de química en el estómago obligaba al vómito constante. El hinchazón de la cara estaba en su máximo esplendor y el dolor no cesaba, aumentaba. Al cuarto día recibo la llamada desde Battambang de mi buen amigo Bunlang, que no sabía nada de la situación en la que encontraba. Unos días antes habíamos pasado un maravilloso día juntos visitando los arrozales de Battambang. Le cuento la situación en la que me encuentro y le envío una fotografía.
-"Joseba, salgo inmediatamente hacia Siem Reap, paso la noche allí contigo y mañana regresamos juntos a Battambang. No te preocupes porque puedes quedarte en mi hostel el tiempo que necesites"-, me proponía. Y así fue, unas horas más tarde lo tenía a mi lado.
Por la mañana salimos hacia Battambang, él en su moto y yo con Khmaw en el autobús. A primera hora de la tarde llegábamos a su hostel, donde me tenía preparada una habitación privada y los cuidados necesarios para hacerme más llevadero el momento.
A la mañana siguiente, visita al mejor dentista de la ciudad y nuevas medicinas que no surten efecto. Días después, nuevo médico y nuevas medicinas. En esta ocasión parece que sí cumplen con su cometido...
Ya han pasado dos semanas desde que llegué a Siem Reap y el problema comenzó. He perdido la cuenta de la cantidad de pastillas que me he metido entre pecho y espalda. El hinchazón y la fiebre han comenzado a disminuir levemente y según el día, aunque los fuertes dolores continúan. Ahora puedo abrir dos centímetros la boca, lo que me permite comenzar a comer algo no sólido. La atención diaria de Bunlang y otros amigos se mantiene. El dolor me da tregua por momentos y he podido comenzar a escribir en la web, editar algunas fotografías para el portfolio y respirar con alivio.
He perdido cinco kilos, pero las fuerzas y los ánimos vuelven a estar presentes.
Seguiremos en Battambang, en el hostel de mi buen amigo, hasta que todo esto pase. Incluso puede que haga caso a la propuesta de Bunlang y nos mantengamos aquí hasta que Tailandia abra sus fronteras. Todo dependerá de lo que mi corazón aguante lejos de esas personas a las que hemos salido a buscar en esta vuelta al mundo.
8 de septiembre de 2020
Durante los más de 1.600 días que llevo de viaje por el mundo, he vivido situaciones que se me hacen difíciles de contar porque pueden parecer sacadas de una novela de Julio Verne. Hambre real durante muchos días seguidos, frío que paraliza el cuerpo y cualquier idea que intente asomar, calor suficiente como para que los locales me tacharan de loco o dengue en medio de la nada, por no hablar de las que vivo junto a esas almas que son motivo de este proyecto, pero jamás hubiera pensado que una simple muela llegaría a superar a muchas de ellas.
Suele decirse que las despedidas deben ser breves y estoy de acuerdo en ello, pero también sinceras.
No me cansaré de insistir en los veintiocho días que Rafa, un seguidor y desde hace un tiempo hermano, me permitió pasar en su mágico rincón. Qué manera de preocuparse por mí y el proyecto que me mueve por el mundo. Qué forma tan simple de hacerme entender ciertas cosas.
Salí de su casa pletórico de energía y en su compañía durante los primeros kilómetros. Aprovechamos la única parada para la breve despedida y poner a punto el aire en las ruedas de Khmaw. Sin café ni cerveza. Un sincero abrazo y una mirada fueron suficientes. Volvíamos a la ruta.
Después de un mes de parada física se necesitan de unos días para que las articulaciones de un cincuentón dejen de crujir y en ese sentido vino bien retomar la ruta sobre asfalto, aún en compañía de un tráfico incesante.
Es temporada de lluvias, así que durante estos meses suelo dormir en mi tienda de campaña y a cubierto en las pagodas de pequeños pueblos. La primera mañana me desperté mal, sin fuerzas y un fuerte dolor en todo el cuerpo. Según avanzaba el malestar iba en aumento, hasta que los vómitos me obligaron a realizar la parada de final del día antes de lo previsto. Nueva pagoda, pero en esta ocasión sin charla con los monjes. Lo entendieron perfectamente. Atrás habíamos dejado la carretera que enlazaba con la ciudad de Shianouk ville y nos encontrábamos en la que nos llevaría hasta Kho Kong, destino final antes de acometer la cordillera de Cardamomo. La idea era descansar unos días en Koh Kong pero las ganas de soledad en uno de los espacios más "protegidos" de Camboya, me lanzó a la aventura antes de tiempo. Ya abasteciéndome en la última casa de toda el agua que pudiéramos cargar, un vendedor en moto me comentó que mínimo serían cuatro o cinco días los que pasaría entre montes antes de alcanzar la provincia de Pursat en la otra parte de la cordillera. Es lo que había calculado en casa de Rafa, pero entonces no contaba con la que se me venía encima...
Los primeros veinte kilómetros fueron de subida sin tregua, siempre empujando a Khmaw. Los siguientes ochenta hasta el pueblo de Ou Saom, de continua subida con breves llanos de montaña. Habíamos comenzado a ras de mar. La humedad, el calor sofocante, las subidas, la fuerte lluvia y siete vendedores de verduras motorizados, fueron los únicos acompañantes durante estos dos primeros días entre montaña. Por las noches, el ruido de la lluvia sobre la espesa vegetación y la tienda de campaña, impedía escuchar el típico sonido de la oscuridad en cualquier selva.
13 de agosto de 2020
➧ Fotografía
Después de muchas horas de trabajo, he actualizado el portfolio con cuatro nuevas series: Hogar y Familia, Educación, Desarrollo y Paisajes y Detalles.
➧ Viaje
Después de pedalear durante algo más de un mes toda la franja norte de Camboya, en Ban Lung, provincia de Ratanak Kiri, giramos el mapa para mirar hacia la costa. La idea era comenzar a bajar "tranquilamente" hasta Phnom Penh para reunirme con Javier, el Cónsul Honorario, darle un abrazo, ver cómo estaba el tema de la amnistía (visado) para los extranjeros bloqueados en el país y conocer de primera mano la situación de las fronteras que bordean Camboya, más concretamente la de Tailandia. Las noticias que me daba Javier no eran nada halagüeñas y con esas, después de un increíble desayuno en su casa, pusimos rumbo a la ciudad de Kampot para visitar a Rafa, un fiel seguidor de mi trabajo y vuelta al mundo.
El 17 de julio llegábamos a Kampot después de haber pasado la noche en una preciosa pagoda en lo alto de una colina y a escasos 35 kilómetros de la ciudad. Me senté a orillas del río Preaek Tuek Chhu para esperar a Rafa, un tipo con la generosidad por bandera y a quien había conocido en Human Gallery algo más de un año atrás. Aquí también nos esperaba Felipe, un gran amigo de Rafa que también lo he hecho mío. Un señor de los pies a la cabeza.
Kampot era una parada obligada, ya no sólo por visitar y abrazar al bueno de Rafa, también para poner a punto a Khmaw. Nuestro periplo por el norte la había dejado bastante tocada y necesitaba algunos arreglos importantes.
Finalmente, lo que se presentaba como una de tantas visitas especiales, se ha convertido en un mes de maravillosa, tranquila y fructífera convivencia. Rafa es cofundador de Mochileros en Tailandia, un excelente cocinero y un referente en el mundo online e información de viaje, así que se ha preocupado muy mucho de que el día que saliera de su casa lo hiciera bien informado, con el trabajo al día, bien hecho y pletórico de energía.
En su mágico y tranquilo hogar he pasado los últimos 28 días. Días de risas, de complicidad y conversaciones, pero también de intensivo aprendizaje y trabajo en la web, llegando a alcanzar las 19 horas seguidas en una jornada.
Desde estas líneas lanzo un sincero agradecimiento a Rafa y Felipe.
El sábado 15 de agosto, ya con los deberes hechos y nueva gente en el corazón, regresamos a la ruta con la vista puesta en los montes Cardamomo, una cordillera situada en el suroeste de Camboya con los 1.813 metros de su pico Aural, máximo exponente del país.
Un épica travesía en pleno monzón.
21 de julio de 2020
➧ Fotografía
Ya está publicada en el portfolio la serie Gente del Mundo con 72 fotografías.
➧ Viaje
Seguiremos en Kampot, en casa de Rafa, hasta el próximo 23 de Julio que saldremos rumbo a Kho Kong, una pequeña ciudad a diez kilómetros de la frontera de Tailandia, Estos días los estoy utilizando para trabajar en el portfolio, reparar a Khmaw, reorganizarme y preparar la siguiente ruta por Camboya hasta la apertura de la frontera tailandesa. Y, por supuesto, disfrutando de la compañía y comida de mi excelente anfitrión.
17 de julio de 2020
Hace unos días que salíamos del norte de Camboya rumbo al sur del país. Atrás dejábamos la siempre acogedora ciudad de Kratié. Lo hacíamos por la pequeña carretera que discurre paralela al río Mekong, siempre atrayente de vida.
Kilómetros más adelante se nos presentaba la opción de seguir la pista del Mekong cruzando la zona musulmán hasta la turística ciudad de Kompung Cham o en el pueblo de Chhlong tomar la estrecha carretera 73 que desemboca en Kandaol Chrum. Javier, el Cónsul honorario español, se había desplazado en varias ocasiones hasta Battambang para visitarme en Human Gallery, pero nunca habíamos coincidido. Días atrás quedamos para conocernos personalmente y hablar acerca de la situación de la frontera con Tailandia, entre otras cosas, así que la opción de tomar la 73 no era muy descabellada, pero me equivoqué. Hasta entonces llevaba semanas de duro pero tranquilo pedaleo por el norte de Camboya y la 73 fue el inicio de un sinfín de kilómetros de peligroso constante tráfico pesado hasta Phnom Penh, donde Javier me recibía con un gran desayuno en su casa. Compartimos más de una hora y media, hasta que su ajetreada agenda le recordaba una reunión. Nos dio tiempo a hablar de varios temas, pero también de recibir la noticia mas temida: el gobierno tailandés estaba a punto de hacer oficial el fin de su amnistía con los turistas bloqueados en el país y darles una semana para abandonar el país. Y cómo no, de confirmarse esta noticia, a buen seguro que Camboya seguirá los pasos de uno de los países más turísticos del mundo. Algo que nos afecta de lleno.
Cruzamos el Mekong, atravesamos la caótica capital del país y pusimos rumbo a la costa, concretamente a la tranquila ciudad de Kampot, donde nos encontramos en estos momentos. Aquí nos esperaba Rafa, un español asentado en Camboya desde hace más de cuatro años y a quien había conocido el año anterior en Human Gallery.
Ésta se trata de una parada estratégica ya que, tanto Khmaw como yo, necesitamos un alto para descansar los músculos, trabajar y reorganizarnos antes de continuar viaje. Si hace dos semanas tuve que cambiar la cubierta y cámara trasera de mi compañera, de Kampot, Khmaw saldrá con nuevos platos, cassette y cadena.
Independientemente de esto, Rafa, cofundador de Mochileros en Tailandia, se ha convertido en un grandísimo amigo, un gran anfitrión y es un portento en información viajera, por lo que su compañía estos días se nos está haciendo imprescindible.
11 de julio de 2020
Sabía que una vez cruzara el río Tonlé San por el norte -entrada al Parque Natural de Virachey- la cosa se complicaría bastante, ya no sólo por hacerlo en plena temporada de lluvias y en bicicleta, sino por cuestión de ética y de seguridad.
Antes de tomar la decisión de llegar hasta Virachey había leído bastante sobre las minorías étnicas que viven en la zona porque eran ellas la razón principal para llegar hasta allí, pero también me habían comentado acerca del malestar que les genera a éstas ver a un intruso, sin guía local, merodeando a su alrededor. Durante los dos días que pasé dentro del parque y los otros dos que estuve pedaleando entre los pueblos de Veun Sai y Ta Veaeng, el trato de los locales fue, cuanto menos, frío. Las miradas eran tan cortantes que me impedían acercarme a ellos. Ni un solo contacto con ellos y, lógicamente, ni una sola fotografía. Hasta en siete ocasiones me negaron el agua que pedía porque me había quedado sin ella. Pero les entiendo. Estas minorías, en muchos casos, son discriminadas por los propios camboyanos de la provincia, llegando incluso a robarles las tierras.
Siempre me muevo con el respeto como bandera cuando viajo, como no puede ser de otra forma, pero en esta ocasión llegaba sobre aviso y admito que debía haber desechado la idea de cruzar el río San. No hice ningún daño, pero sí generé el suficiente malestar en algunos como para asumir mi error y pedir disculpas por ello. A esto, se sumaba que la propietaria de la Guest house de Ban Lung donde hice noche antes de entrar en el parque, me había hablado acerca de los cazadores furtivos y grupos de contrabandistas que actúan en la zona. -Yo no entraría sin guía en el parque-, me dijo. Cinco días después de haberme despedido de ella, regresé a la ciudad y lo primero que hice fue visitarla para decirle que todo "había ido bien".
Parecía mentira pero Khmaw y yo salíamos de Ban Lung cargados de buena energía después de haber vivido una situación complicada, como si aquella buena gente nos hubiera liberado al haber aceptado mi error.
La idea era entrar y cruzar la provincia de Mondol Kiri, pero antes de dejar la ciudad de Ban Lung me habían desaconsejado hacerlo por la misma razón que arrastramos las dos últimas semanas: las pistas están anegadas de agua en algunas zonas. Así que esta vez haría caso, cambié la ruta, y decidimos poner rumbo al río Mekong para bajar, en paralelo, pegados a él hasta Kratié, desde donde escribo estas palabras.
Es la una de la mañana y a las seis estaremos de nuevo en ruta. Nos dirigimos hacia Phnom Penh, donde llegaremos en unos días si todo va bien. No me gustan las ciudades y mucho menos las capitales, pero quiero tomarme un café con Javier, el Cónsul Honorario, y hablar sobre la situación de la frontera de Tailandia, ya que la Embajada de España en Vietnam me asegura que lo del cierre de la frontera del país va para largo.
30 de junio de 2020
Después de verme obligado a retroceder los más de 100 kilómetros que separan el pueblo de Siem Pang de la ciudad de Stung Treng, tomo la carretera 78 que me llevará hasta la ciudad de Ban Lung, en el noreste de Camboya.
Cruzo la última parte de la provincia de Stung Treng, hago unos pocos kilómetros en la de Mondol Kiri hasta que, por fin, cruzo el río Tonlé San y entro en Ratanak Kiri, la provincia más auténtica, con diferencia, de todo Camboya. Las lluvias y el viento aquí son bastante más fuertes y me obligan a realizar constantes paradas para secarme, cambiarme de ropa y, si hay suerte y encuentro un techo en el que cobijarme, descansar. Aquí todo es diferente. El verde intenso es una constante en el paisaje, el olor es a selva y sus gentes, tranquilas como aquellas que conocí hace años y que tanto añoro. Aquí son varias las familias que me invitan a hacer un alto en sus casas, incluso la armada me ofrece comida caliente. Aquí nadie me cobra de más por el simple hecho de ser "barang".
Hasta Ban Lung conozco bien la zona porque durante los cuatro primeros años de esta vuelta al mundo, más concretamente en el año 2011, la estuve pedaleando antes de entrar en Vietnam. Entonces corría el mes de Septiembre y la temporada de lluvias estaba llegando a su fin, pero ahora la cosa cambia radicalmente. La temporada está en su momento álgido y la humedad llega al 95%, lo que hace imposible mantenerse seco y avanzar en
condiciones. Pero insisto en llegar hasta el Parque Natural de Virachey o acercarme lo máximo posible si es que la pista vuelve a jugármela.
Durante los próximos días seguiré ruta por una pequeña pista hacia los pueblos de Kalay, Veun Sai, Kachon, Phak Nam y Ta Veaeng.
22 de junio de 2020
Llego al pueblo de Siem Pang, en la provincia de Stung Treng, cruzo el río Kong y entro en la pista que me llevaría hasta Ratanak Kiri, pero las fuertes lluvias han anegado más de 40 km y debo retroceder los 115 km pedaleados durante los últimos dos días. Ver nuevo vídeo.
Unas horas después, ya retrocediendo por la pista, caigo en una de las tantas balsas de agua que he tenido que cruzar empujando la bicicleta. En el accidente, una de las lentes de mi cámara de fotos y el teléfono principal sufren daños por el agua filtrada en su interior. Mi pasaporte también sufre daños, así como el diario de viaje.
Dos días antes paso la noche en una pagoda junto a cuatro monjes, tres de ellos novicios de entre 10 y 13 años. Uno de ellos me roba uno de los dos teléfonos, pero lo recupero a la mañana siguiente manteniéndome sentado frente a él mientras desayuna con el resto. Dos horas después, paro en una casa para pedir agua y conozco a So Srun (50) y a ocho de sus once nietos. El mayor, que hizo de traductor con un buen inglés, rompe la pata de cabra al pretender subirse a mi bicicleta y ésta cae. Como resultado, el manillar partido. Más de tres horas de pedaleo por pista con el manillar roto hasta que, por fin, encuentro a un soldador que me ayuda con la reparación.
Agotado, sigo adelante rumbo al Parque Natural de Virachey en la provincia de Ratanak Kiri, pero esta vez por la carretera comarcal dirección Ban Lung.
17 de junio de 2020
Después de 185 kilómetros llego a Stung Treng, ciudad donde confluyen los ríos Mekong y Kong.
Me dirijo a Siem Pang para, unos días después, entrar en la provincia de Ratanak Kiri y alcanzar el Parque Nacional de Virachey en el extremo noreste de Camboya y que hace de frontera con Laos y Vietnam.
13 de junio de 2020
Sigo la franja norte fronteriza entre Camboya y Tailandia, fuertemente custodiada por el ejército debido al conflicto existente entre ambos países durante años, para alcanzar el famoso templo de Preah Vihear en plena selva camboyana.
Dos días más tarde llego a la ciudad de Preah Vihear después de cruzar por la parte este el Santuario de Kulen Prum Tep, donde pincho las dos primeras veces en este reinicio de la vuelta al mundo en bicicleta.
10 de junio de 2020
Dos días con los monjes de la pagoda Srah Chhouk y salgo de Choam por la pista paralela a la línea de frontera de Tailandia. Me dirijo hacia la ciudad de Preah Vihear, capital de la provincia del mismo nombre.
8 de junio de 2020
Después de cruzar los parques naturales de Phnom Kulen y Kulen Prum Tep, llego a Choam, frontera norte de Camboya con Tailandia y lugar donde se encuentran las tumbas de Pol Pot (1925-1998) y Ta Mok (1924-2006), genocidas líderes Jemeres Rojos. La necesidad de decirles algo se había convertido en el principal motivo de mi llegada a la zona.
2 de junio de 2020
Preparativos y reinicio de la vuelta al mundo en plena pandemia
Recuerdo que unos días antes dábamos la bienvenida al 2020 en medio de una preocupación generalizada por la fuerte caída del turismo en Camboya, especialmente en Battambang. Las Navidades acababan de finalizar y llegaban las primeras noticias al país sobre un nuevo virus en China. Se hablaba de que ya había salido del gigante asiático y comenzaba a propagarse por los países vecinos. Incluso algunos decían que ya había entrado en Camboya. "Casi todo lo que llega aquí lo hace desde China", les decía a Bunlang y otros amigos durante una cena en la que bromeaban con las toses [...]